-¿Qué propone usted que haga?- pregunté.
-Hacerte accesible al poder; abordar tus sueños -repuso-. Los llamas sueños porque no tienes poder. Un guerrero, siendo un hombre que busca poder, no los llama sueños, los llama realidades.
-¿Quiere usted decir que el guerrero toma sus sueños como si fueran realidad?
-No toma nada como si fuera ninguna otra cosa. Lo que tú llamas sueños son realidades para un guerrero.
"El soñar es real para un guerrero porque allì puede actuar con deliberaciòn, puede escoger y rechazar; puede elegir, entre una variedad de cosas, aquellas que llevan al poder, y luego puede manejarlas y usarlas, mientras que en un sueño comùn y corriente no puede actuar con deliberación"
-¿Quiere usted decir entonces, don Juan, que el soñar es real?
-Claro que es real.
-¿Tan real como lo que estamos haciendo ahora?
-Si se trata de hacer comparaciones, yo diría que a lo mejor es más real. En el soñar tienes poder; puedes cambiar las cosas; puedes descubrir incontables hechos ocultos; puedes controlar lo que quieras
"Viaje a Ixtlan" de Carlos Castaneda

Lo aparente y lo real

sábado, 12 de septiembre de 2009

 

 
Desde que leo a Castaneda me pasan cosas extrañas en mis sueños. Quizas las enseñanzas de Don Juan despierte mis memorias ancestrales de mis antepasados incas.
Por ejemplo, anoche tuve un sueño por demás revelador.
Iba caminando a las orillas del río con una persona que no alcanzaba a ver quièn era pero que se trataba de un sabio y me hacía detener en el camino y me decía que observara el río y las personas que estaban allí. 

Yo miraba y notaba mucha gente, mujeres, hombres y niños divirtièndose en el agua, chapoteando, nadando y riendo a carcajadas, a excepciòn de una mujer que estaba agachada en la orilla con un bebè en los brazos y un niño de unos 9 años observando a la mujer serio y asustado. Veia que la mujer metìa al bebè dentro del agua e intentaba ahogarlo, mientras que el otro niño era halado por algo desde abajo y tambièn parecìa ahogarlo.
Miré al sabio y grité "eh!!! esa mujer quiere ahogar sus hijos!!" y el sabio me contestó "calla! no todo es lo que parece. Mira de nuevo y observa bien esta vez!!". Volvì a mirar y observè que la mujer no estaba intentado ahogar al bebè sino que estaba haciendo con sus hijos un ritual para que no quedaran calvos como el padre. Debajo del agua surgiò de golpe el marido de la mujer, calvo y con una gran sonrisa en los labios volviò a hundir a su hijo mayor y pude ver como por debajo del agua el niño se divertía y abrazaba a su padre.
Què gran enseñanza se me ha presentado!
De ahora en más no juzgaré a los demás sin observar bien lo que es o se le parece.
Saludos

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