-¿Qué propone usted que haga?- pregunté.
-Hacerte accesible al poder; abordar tus sueños -repuso-. Los llamas sueños porque no tienes poder. Un guerrero, siendo un hombre que busca poder, no los llama sueños, los llama realidades.
-¿Quiere usted decir que el guerrero toma sus sueños como si fueran realidad?
-No toma nada como si fuera ninguna otra cosa. Lo que tú llamas sueños son realidades para un guerrero.
"El soñar es real para un guerrero porque allì puede actuar con deliberaciòn, puede escoger y rechazar; puede elegir, entre una variedad de cosas, aquellas que llevan al poder, y luego puede manejarlas y usarlas, mientras que en un sueño comùn y corriente no puede actuar con deliberación"
-¿Quiere usted decir entonces, don Juan, que el soñar es real?
-Claro que es real.
-¿Tan real como lo que estamos haciendo ahora?
-Si se trata de hacer comparaciones, yo diría que a lo mejor es más real. En el soñar tienes poder; puedes cambiar las cosas; puedes descubrir incontables hechos ocultos; puedes controlar lo que quieras
"Viaje a Ixtlan" de Carlos Castaneda

Una mirada extraña

jueves, 3 de septiembre de 2009

 


Me quedé dormida pensando en lo que había leído de "Viaje a Ixtlan" y la práctica de mirar mis manos en los sueños.

Recuerdo que soñé que me encontraba con mi amigo Pablo en un bar, como que habíamos concertado una cita en ese lugar. Pude ver nítidamente el lugar donde me esperaba, era en un ángulo de una esquina, él sentado con la espalda contra la pared revestida de madera. Un mantel rojo cubría la pequeña mesa cuadrada. Lo saludo y él no me quita la mirada, como enojado, oigo sus pensamientos claramente, reproches hacia mi amistad y dándose cuenta que él se encuentra bien con sus logros y que todo lo que tiene para reprocharme ya no tiene sentido. Sigo sentada frente a él sin decirnos una palabra.


Me despierto con la idea de no olvidarme el sueño. Pensé "tengo que tener sueños lúcidos!". Mi ansiedad por ese tipo de sueños no me permitió conciliar el sueño. Recuerdo que toda imagen que aparecía en mis sueños yo me preguntaba si era lúcido o no.

Ayer fui a ver un petit hotel que estaba en alquiler. Me encontraba entusiasmada con ver la casa por dentro. Apenas entré me sentí asfixiada al solo ver el empapelado de toda casa; flores gigantes por todas las paredes. Los cables sueltos y el día lluvioso junto a la humedad de las paredes la hacían más tétrica y oscura de lo que era.

En medio de mis idas y venidas por conciliar el sueño, aparecí con mi pareja recorriendo esa casa, recuerdo subir las escaleras junto a él y ver la calidez del primer piso, en drástico contraste con lo que había visto estando despierta. Ibamos recorriendo las habitaciones que se encontraban limpias y en orden. Luego tuve varios sueños alternados que no recuerdo.

No dormí bien. Me despertaba de a intervalos cambiando mi posición en la cama todo el tiempo en procura de hallar la postura correcta que me permitiera dormir bien.

Análisis al final del día
De lo que investigué, la casa se relaciona con nosotros mismos. Evidentemente, además de relacionar lo sucedido del día con el sueño y el impacto que tuve de la casa que fui a ver; inconcientemente he debido estar mirando para dentro y proyectando la mirada de los demás en mí. De ahí la mirada de mi amigo juzgándome y mi sentimiento de culpa de no ser lo que él esperaba para él.
También veo reflejado en mis sueños mis zonas oscuras. Aquellas que no quiero mirar (como la parte fea de la casa) y prefiero quedarme en la comodidad de la zona más cálida de la casa.
Debo reconocer que me cuesta observar y analizar mis defectos y errores. El sentimiento de culpa y vergüenza provocan en mí negación de esas facetas de mi personalidad.

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